19/12/15

NUESTRA PERTENENCIA A YAHSHUA


"NUESTRA PERTENENCIA A YAHSHUA"

«Yahshua les dijo esta parábola: “Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido". Os digo que así también habrá más alegría en el shemayim por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. ».
(Silvano (mal llamado Lucas)15,3-7
No fue cualquier persona la que fue a buscar la oveja extraviada; el propio dueño salió tras la oveja que se perdió. Nuestro Adon Yahshua dijo: "¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el campo, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?"
Amados mios, no se trata de un cazador buscando un animal salvaje que no era suyo, para capturarlo y poseerlo; sino que era el dueño de las ovejas quien iba tras algo que de antemano le pertenecía. Las ovejas eran suyas.
Este es uno de los grandes secretos que explica el cuidado del buen Pastor; busca la oveja perdida, porque está preocupado por algo que le pertenece. En su grandiosa tefilat de intercesión a Su Abba Yahweh, Él dice acerca de las ovejas: "tuyas eran, y me las diste." Mucho antes de que este mundo fuese creado, o que las estrellas comenzaran a brillar, en las eternas edades del pasado, Yahweh Elohe había dado a Su amado Hijo un pueblo que en ese preciso instante fue Suyo, por medio del don de Su Abba. Y en la plenitud del tiempo, Él los redimió, y así fueron doblemente Suyos; sin embargo, eran Suyos, en plan y propósito, desde la eternidad. Por tanto, eran Suyos cuando se alejaron de Él y Suyos cuando vagaron más y más lejos de Él; sí, siempre fueron Suyos sin importar dónde fueran.
Mis ajim, esa oveja descarriada no pertenecía a nadie más, sino a un dueño específico. Si cualquier otro hombre la hubiese llevado a su redil, no habría tenido ningún derecho de hacerlo. Si alguien la hubiera atrapado, y la hubiera matado y se la hubiera comido, habría sido un ladrón, pues no era su oveja. Pertenecía al hombre que era el propietario de las otras noventa y nueve, y porque le pertenecía, salió a buscarla. Él no habría salido a buscar una oveja perteneciente a otro hombre; LA BUSCO PORQUE ERA SUYA.
De igual manera, Yahshua Ha Mashiaj ha venido al mundo a buscar a los Suyos. Él mismo dijo: "El buen pastor su vida da por las ovejas;" y el apóstol Shaul escribió: "Mashiaj amó a la kehilaj, y se entregó a sí mismo por ella." El principal objetivo y propósito que Él tenía al venir a esta tierra, era buscar a los Suyos. Su grandiosa obra redentora ha traído algún bien a todos los hombres, pero está mayormente dirigida para beneficio de los de la familia de la fe (todos aquellos que vienen a Yahweh a traves de Yahshua Ha Mashiaj); como Shaulescribió a Timoteo: "Esperamos en el Elohe viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen." El gran propósito de Su venida, en el Nombre de su Abba Yahweh, es para buscar a los Suyos, a quienes Su Abba le ha dado, para que ninguno de ellos se pierda al fin.

Recordando esta grandiosa emet/verdad, hemos de considerar estas dos palabras, "hasta encontrarla." ("Hasta que él la halle
1.- Al considerar primero EL LADO OSCURO DE ESTE 'HASTA,' vamos a intentar responder a dos preguntas; primero, ¿dónde está la oveja hasta que el Pastor la encuentra? Y la segunda pregunta es: ¿dónde está el Pastor hasta que encuentra a la oveja?
Entonces, en primer lugar, ¿dónde está la oveja hasta que el Pastor la encuentra? Observen, amados ajim, el pronombre en nuestro texto: "hasta que él (Yahshua) la encuentra." Es el Pastor quien encuentra a la oveja perdida. La verdadera salvación viene al pecador cuando Yahshua Ha Mashiaj lo encuentra. Tú y yo, si buscamos con denuedo a las almas de otras personas, podemos encontrar rápidamente a los perdidos, pues ellos nos rodean por todos lados; tal vez los encontremos en nuestras propias familias, posiblemente hasta aniden en nuestros pechos. Sabemos de sobra dónde están los perdidos, pues no podemos caminar en las calles de cualquiera de nuestras ciudades, o en los senderos de los pueblos del campo, sin descubrirlos. Si le preguntáramos al talmidim de Yahshua de la ciudad dónde podemos encontrar a aquellas personas que están más evidentemente perdidas, nos dirá dónde viven en colonias enteras, pues él sabe dónde puede ser encontrada cualquier cantidad de ellos. Ahora, que podamos encontrarlos puede ser un medio para un fin, pero se trata únicamente de un medio. El fin debe ser que Yahshua los encuentre, si realmente van a ser salvos. De otra manera, de nada sirve que el director de la escuela los encuentre, aunque esto les traiga algún bien y sea una ventaja temporal para ellos; de nada sirve que las bendiciones de la civilización los encuentren, o que sean sacados de la pobreza.
Todos estos procesos pueden ser útiles en su propia medida; pero en lo que concierne a la eterna salvación de los perdidos, todo se cifra en que Yahshua los encuentre. Él, el Hombre único, el Ben Amado de Yahweh todo glorioso, debe entrar en contacto con los pecadores a través del Ruaj HaKodesh, y reclamarlos como Suyos; pero mientras eso no suceda, ellos permanecerán en la triste, triste condición, de la que voy a hablar ahora.
Me gusta esa idea del aji o ajot convertido, a quien se le preguntó cuando era aspirante a sumergirse a las aguas: "¿cómo fue que encontraste a Yahshua?, respondió: "yo no encontré a Yahshua, Él me encontró a mi." Es casi innecesario añadir que fue aceptado sobre la base de ese testimonio.
Entonces, ¿dónde están los pecadores perdidos hasta que Yahshua Ha Mashiaj los encuentra y los salva?
Bien, en primer lugar, están en un estado de mucha despreocupación. Aquí son comparados con ovejas, en parte debido a su insensatez, pero también por su inclinación a descarriarse. A una oveja no le importa el descarrío; es una diversión para ella gozar de libertad. Se goza más por quedar libre del redil y del encierro, que por cualquier otra cosa. A la oveja no le preocupa para nada el pastor que la busca. El pastor tiene sus ojos muy abiertos buscando la oveja; pero la oveja, mientras anda descarriada, no tiene ojos para el pastor. El pastor la está buscando con toda diligencia, por colinas y valles, mientras la oveja arranca cualquier hierbita que encuentra, pensando solamente en el presente, tratando de ser feliz ahora a como dé lugar, sin pensar en el futuro. Esta es todavía la condición de la gran mayoría de nuestros compañeros. En tanto Yahshua los encuentra, son desconsiderados, descuidados e indiferentes a las cosas eternas.
¡Oh, que fueran conducidos a pensar, pues la reflexión es a menudo evidencia de que Él los ha encontrado! Pero ellos se rehúsan a pensar. "¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?": estas son únicamente las preguntas que les interesan. Su principal preocupación es "matar el tiempo;" aunque, ciertamente, no hay tiempo que matar; quieren acelerar el paso de las horas que ya es lo suficientemente veloz; esta parece ser su principal preocupación. De la misma manera que la oveja no puede pensar, y no quiere pensar, tampoco lo hará el pecador; quiere continuar en su despreocupación, en su indiferencia y en su brutalidad animal, hasta que el Salvador lo encuentre.
Peor aún, amados ajim, la oveja, mientras no sea encontrada por su dueño, está muy inclinada a alejarse cada vez más, de la misma manera que los pecadores pasan de un pecado a otro y a otro. El pecador, por naturaleza, no permanece en un estado fijo. Como una fruta que se está pudriendo, se pudre cada vez más; la corrupción crece y se extiende irremisiblemente. El hombre que es malo hoy, con toda certeza será peor mañana. Cada semana que vive añade un nuevo hábito malo a todos lo que tenía antes, hasta que la cadena, que al principio parecía ser un hilo de seda, se convierte finalmente en un grillete inquebrantable, al que se encuentra encadenado sin ninguna posibilidad de escape.
¡Ah, hermanos, es imposible decir cuán lejos se extraviarán de Yahweh los hombres! Si la gracia restrictiva no es provista para que actúe sobre ellos, los hombres ciertamente irán a inexpresables distancias de infamia y culpa. Posiblemente, alguien aquí presente, alguno de ustedes que me leen se esté alejando ahora cada vez más. Hermano mío, permíteme recordarte que hoy puedes hacer lo que hace siete años no habrías podido hacer. Ahora te ríes de cosas que entonces te hubieran hecho temblar; y cierto lenguaje que hacía que tu sangre se helara en tus venas cuando te apartaste de las rodillas de tu madre, ahora se ha vuelto algo habitual en ti. Ay, y ciertas trampas en el negocio, que muchas veces condenaste al principio, se han convertido ahora en tu práctica normal. ¡Ah, sí!, la oveja descarriada continúa alejándose más y más. Nunca regresará voluntariamente al redil. Continuará alejándose hasta que la encuentre el pastor.
Y, hasta entonces, la oveja se encuentra en una triste condición en todo momento. Sueña con encontrar la felicidad si se aleja, mas no la encuentra nunca. La oveja no está preparada para vivir en estado salvaje; es incapaz de cuidarse a sí misma como pueden hacerlo muchas criaturas salvajes. Como el trigo, que no es sino una hierba educada, sólo puede producir una cosecha allí donde el hombre lo siembra, así una oveja depende enteramente del hombre. Para que le vaya bien, debe estar bajo el cuidado de un pastor. Una oveja en estado salvaje está fuera de su elemento; se encuentra en una condición en la que no puede prosperar ni ser feliz; de igual manera, un hombre sin Yahweh Elohe, y sin Mashiaj, no puede ser bendecido de ninguna manera.
Tú, amado aji o amada ajot, podrías pensar que te puede ir igual sin Yahweh que con El; eso es tan imposible como que una lámpara pueda arder sin aceite, o que los pulmones aspiren la vida sin aire. Es tan imposible que intentes vivir sin alimentos como imposible es que tu alma cierta y verdaderamente viva sin Yahweh. Los mejores de ustedes, si están sin Mashiaj, son sólo unas grandes ruinas. Como algún castillo dilapidado o una abadía de esas que se ven algunas veces, que conservan suficientes ruinas del antiguo edificio para permitirnos adivinar lo que una vez fueron, y lo que podrían volver a ser si su constructor regresara y lo restaurara a su gloria original. Pero en su estado actual, están completamente arruinados, y el murciélago y el búho habitan allí.
Lo mismo sucede con ustedes si están sin Yahshua Ha Mashiaj. Su lev/corazón no es otra cosa que una jaula que encierra pájaros inmundos. Su mente está llena de dudas y aprensiones; a menudo son incapaces de conciliar el sueño debido al miedo al futuro; y cuando mueran, entonces su estado será más evidente, pues, lejos de Yahweh, ustedes son como un pez fuera del agua, o como un buzo que se encuentra sumergido sin el debido suministro del oxígeno que es esencial para su vida. La criatura no puede vivir sin su Creador. Yahweh es bendito sin nosotros, pero nosotros no podemos ser bendecidos sin Él.
Nos podríamos dar cuenta que la oveja descarriada se encuentra en una triste condición con sólo pensar en la pérdida que sufre cuando se aleja, pero hay mucho más que eso involucrado en su extravío. Hay, también, una pérdida para el pastor. Ese es el bendito misterio que subyace en las palabras de nuestro Mashiaj. La pérdida mayor era la del Pastor; fue esa realidad la que lo movió, como propietario de la oveja perdida, a buscarla hasta encontrarla; y esto lo llevó a regocijarse mucho cuando la encontró, pues no podía soportar la idea de perderla.
Estar perdidos para Yahshua, tal vez, podría parecerles a algunos de ustedes que son descuidados e irreflexivos, un asunto sin mayor importancia. Si la oveja perdida hubiera podido hablar, habría dicho: "yo no quiero pertenecer al pastor. Sé que él me valora, y que me está buscando porque yo le pertenezco, pero eso no me importa." No, pobre oveja. Si tú hubieras sido el pastor, te habría importado; y, pobre pecador, si conocieras aunque fuera un poquito lo que Yahshua siente, tú también comenzarías a preocuparte acerca de tu propia alma.
Oh, que alguien pueda decir: "Yahweh es mi pastor; nada me faltará," constituye un gozo y una bendición indescriptibles. Simplemente al repetir esas palabras familiares y meditar en su significado, brotan lágrimas de mis ojos. ¡Cuán grande bendición es pertenecer a Yahshua! Yo no conozco una expresion de ahavah/amor más dulce para el alma que ésta: "Mi amado es mío, y yo suyo." Pertenecer a Yahshua, ser una de las ovejas de Su rebaño, saber que Él es mi Pastor, y que yo lo sigo porque reconozco Su voz, ¡oh, todo esto es el shemayim/cielo en la tierra, esto es el comienzo del propio gozo del shemayim/cielo!
Amados mios, yo quisiera que todos ustedes lo conocieran; pero, ¡ay!, muchos de ustedes son como la oveja que se alejó de su pastor. Cuando él contó a las noventa y nueve ovejas, se regocijó porque estaban a salvo, pero suspiró al decir: "de mis cien ovejas, he perdido una," y no podía soportar la idea de perder ni una sola. De igual manera, algunos de ustedes están todavía perdidos para Yahshua, y perdidos para el grandioso Abba/Padre que está en los shemaym/cielos; y eso es algo muy triste.
Había además otra cosa penosa, es decir, que la oveja estaba expuesta a un constante peligro. Se encontraba lejos de su protector natural; estaba sujeta al cansancio y la sequía, al hambre y la enfermedad, y estaba en continuo peligro por causa de los lobos. Podría morir por falta de cuidado; al fin, ciertamente perecería irremisiblemente, y sería destrozada por las repugnantes criaturas que se alimentarían de su cuerpo sin vida.
De manera semejante, un pecador sin un Salvador, está siempre en peligro; como ya se los he demostrado, se encuentra expuesto a peores pecados, está en peligro de muerte, en peligro del ha satan, en peligro de "pena de eterna destruccion, excluidos de la presencia del Eterno Elohe y de la Tiferet/Gloria de su poder." ¡Oh, el terrible peligro de cada hombre impenitente! Cuando veo a un niño que casi es atropellado en la calle, se me hiela la sangre; ¿acaso no experimentan una reacción similar ustedes? Si vieran a un hombre derribado en el camino, aunque luego se levantara y se alejara caminando, ustedes se preocuparían porque podría estar lesionado. ¿Acaso no sienten así cuando piensan en las almas de los hombres que se encuentran en un peligro mucho más terrible: expuestas al peligro de la ira de Yahweh Elohe que permanece sobre ellas inclusive en este instante, y que permanecerá sobre ellas para siempre.
Tengan piedad de la pobre oveja hasta que la encuentre el pastor, pues su condición es sumamente triste; y, pobre pecador inconverso, también queremos tener piedad de ti hasta que el Salvador te encuentre, pues tu estado, también, es terriblemente triste.
Ahora voy a referirme a la segunda pregunta: ¿dónde está el Pastor en tanto que encuentra a la oveja descarriada? ¡Ah, hermanos y hermanas, ustedes saben muy bien dónde está! Él está buscando a Su oveja perdida, y continuará buscándola hasta encontrarla. Él es muy hábil para seguir la huella de la oveja descarriada, de la misma manera que algunos pastores son capaces de seguir la pista de sus ovejas como un sabueso sigue un rastro. Es maravilloso cómo Yahshua sigue la pista de algunas personas. He sabido que van de un lugar a otro, y sin embargo el buen Pastor nunca ha estado muy lejos de ellas.
Cuando eran niños, Él los buscaba en las experiencias de la vida en la que aprendían, en las amonestaciones del maestro, en las súplicas de la madre y en las tefilat/oraciones del padre. Cuando llegaron a ser jóvenes, y se desprendieron de sus antiguos instructores, el buen Pastor todavía los rastreaba por medio de muchos libros útiles, y de muchos recuerdos que ellos no podían sacudir. Cuando se dedicaron a los negocios y descuidaban el día DE REPOSO, y abandonaron la casa de Yahweh Elohe, el buen Pastor seguía buscándolos por medio de la aflicción, mediante vecinos.
Puede ser que algunos se hayan ido a América, o Canadá, esperando escapar de la influencia de la religión; pero todo fue inútil. Ustedes recordarán la historia de aquel habitante del bosque que había comenzado a construir una cabaña de troncos, y no había terminado de construirla todavía, cuando se apareció un hombre con sus alforjas, y con un juramento el leñador le dijo: "Caramba, me he mudado una docena de veces para alejarme de ustedes, y, dondequiera que me cambio, alguno de ustedes tiene el tino de encontrarme." "Sí," respondió el buen hombre, "y dondequiera que vayas, vas a encontrarnos. Es mejor que cedas, pues siempre te estaremos buscando."
Si eres realmente una de las ovejas de Yahshua, algo así te sucederá; y, dondequiera que te extravíes, verás que Yahshua todavía te está buscando. Si vas a los extremos de la tierra, Él te seguirá. Si atracas en un puerto muy lejano, donde piensas que te puedes entregar al vicio sin ninguna restricción, aun allí el amor de Yahshua te perseguirá. Yahshua conoce muy bien las huellas de los pecadores, y los buscará hasta encontrarlos.
Observen qué bendita perseverancia manifiesta el buen Pastor: "Hasta encontrarla." Allá está la oveja descarriada, trabajando arduamente para subir aquella empinada colina; el Pastor sube esa colina. ¿Por qué sube? Porque la oveja ha ido por ese camino, y Él debe seguirla hasta encontrarla. Ahora desciende por el otro lado, y atraviesa esa verde ciénaga donde, si un hombre se resbalara, podría hundirse y perder la vida. Ay, pero el buen Pastor irá tras esa oveja perdida hasta encontrarla.
Amados mios, día tras día, desde que sol sale hasta que se pone, y a lo largo de toda la noche, nada puede detener los pies del Pastor hasta que recupere Su oveja que estaba perdida, y la lleve al redil, segura entre Sus hombros. ¡Cuán bendita es la perseverancia del Mashiaj que no acepta nuestro rechazo como una negativa final, sino que todavía nos da frescas proclamaciones e invitaciones de gracia! Una y otra vez, Él envía a Sus siervos para que inviten al pecador a la fiesta de LA BESORAT/BUENA NUEVA; no únicamente el día DE REOSO, EL SHABBAT, sino también en días de shavua/semana, la voz de la Sabiduría clama en voz alta: "Vengan, y deléitense con la provisión generosa del ahavah/amor del Abba." No hay nadie que persevere así, como Yahshua lo hace: "No se cansará ni desmayará;" no hay nadie que prosiga en la búsqueda sincera de Sus ovejas hasta encontrarlas.
Un hombre que esté buscando ovejas perdidas, debe mostrar gran sabiduría, porque es muy difícil encontrar la huella de las ovejas; y la divina sabiduría que fue manifestada cuando algunos de nosotros fuimos traídos a Yahweh, nos causará una sorpresa eterna. Es algo maravilloso que, a veces, el pecado del hombre, aunque debe condenarlo, haya sido parte del propio instrumento por el cual él ha obtenido la salvación.
Amados ajim, tengan por seguro que Yahshua encontrará Sus ovejas de una manera o de otra y las recuperará; y si no vienen de una manera, vendrán de otra manera. Algunos han sido encontrados por Él en las oscuras cuevas de la infamia; Sus ojos que todo lo atraviesan han sido capaces de ubicarlos inclusive allí. Algunos han sido ganados por medio de la delicadeza y de la amabilidad, y otros por medio del terror y la desgracia; pero de una forma u otra, con maravillosa perseverancia, Yahshua busca a los perdidos hasta que los encuentra, y nunca abandonará esa búsqueda hasta que la última de Sus ovejas extraviadas de la Casa de Yisrael sea traída de regreso al redil.
¿Dónde está el buen Pastor en tanto que encuentra a Sus ovejas?
Él está en un estado de descontento, con un corazón anhelante y un rostro perturbado. Si tú le preguntaras: "Buen Pastor, ¿por qué no regresaste a casa cuando los yehudim quisieron apedrearte la primera vez? ¿Por qué no ascendiste en esplendor de en medio de la muchedumbre impía?" Él te responderá que no podía abandonar la búsqueda de Sus ovejas hasta encontrarlas por la redención. Ahora Él debe continuar buscando a los pecadores hasta encontrarlos. ¿Acaso no te identificas con Él en este sentimiento? Si tú eres un verdadero seguidor de Yahshua Ha Mashiaj, no puedes quedarte tranquilo mientras las almas se pierden. Me temo que a algunas personas que profesan la fe, no les importaría en lo más mínimo si una nación entera se perdiera o se salvara. Ellos están muy cómodos sin importar lo que pase. Pero quienes tienen el Ruaj de Mashiaj, y se identifican con Él, tienen entrañas de compasión, de tal forma que la pérdida de cualquier pecador los llena de consternación, y la penitencia de cualquier pecador hace que sus corazones se regocijen con sumo gozo. ¡Tratemos siempre de cultivar ese espíritu!

2.- Ahora debo referirme al lado brillante de esa marca, 'HASTA.' Voy a hacer otra vez las mismas preguntas que hice antes, pero voy a invertir el orden, haciendo primero la segunda pregunta y después la primera.
Primero, entonces, ¿dónde está el Pastor cuando encuentra a Su oveja? Puedo responder esta pregunta, pues yo recuerdo dónde estaba cuando me encontró. La primera vista que tuve de Él fue muy vívida. ¿Dónde estaba Él? Pues estaba exactamente donde yo estaba. La oveja y el Pastor estaban juntos; pero Yahshua estaba donde yo debí haber estado por causa de mi pecado. Yahshua fue maldecido porque yo era maldito por mi pecado. Yahshua fue hecho pecado porque yo era un pecador, para que fuera hecho justicia de Yahweh en Él.
¡Oh, qué escena fue esa, Yahshua ocupando mi lugar!  siempre me maravillo de la misma manera que me ocurrió al principio. ¡Qué pensamiento tan abrumador pero a la vez tan lleno de gozo! ¡Oh, pobre alma, si tú quieres tener una verdadera perspectiva de Yahshua, míralo sufriendo, muriendo, siendo abandonado por Yahweh, y agonizando porque el castigo de tu shalom/paz fue sobre Él!
El Pastor estaba también sobre la oveja; no únicamente cerca de ella, sino sobre ella, mirándola hacia abajo. ¡Cuán feliz, cuán complacido estaba por haber encontrado a Su oveja que estaba perdida! Recuerdo muy bien cuando yo senti eso mismo. Difícilmente podía yo creer jamás que me hubiera amado tanto; parecía algo increíble. ¿Qué podía ver en mí para que me amara: una pobre oveja con su lana rasgada, sus patas adoloridas y cansadas, e indigna del esfuerzo que le había significado encontrarme? Que una reina levante un alfiler no es una comparación adecuada al hecho que Yahshua me levantara y se preocupara por mí. Que un gran emperador se enamore de una lechera podrá ser algo sorprendente que no es tan maravilloso, pues ella puede tener un rostro dulce y tan lleno de gracia como el de cualquier emperatriz; pero en cuanto a nosotros, pecadores, no teníamos ninguna belleza para que Yahshua nos deseara.
Por naturaleza, estábamos llenos de inmundicia; y por nuestras acciones también nos habíamos vuelto peores; pero Yahshua nos amó; y de la misma manera que un pastor se goza cuando encuentra a la oveja descarriada y la trae a casa, o como un padre se regocija cuando encuentra a su hijo perdido, o como un joven se goza por su novia, así se regocijó por nosotros cuando Él nos encontró.
También lo vimos, en ese momento, mostrando las marcas del esfuerzo y del trabajo que había tenido que soportar por nosotros. Allí están las señales en el rostro del Pastor, y en las manos del Pastor, y en los vestidos del Pastor, del áspero camino que tuvo que recorrer. Si la oveja supiera, podría leer, simplemente al mirarlo a Él, el precio que tuvo que pagar por su recuperación; y así, amados ajim, sucedió con nosotros cuando Yahshua nos salvó. Miramos hacia arriba y Lo vimos con Su rostro completamente manchado por la saliva de los hombres, Su cabeza ceñida con la corona de espinas, Su cuerpo cubierto con el sudor sangriento, y Sus manos y pies y costado, todos ellos traspasados; y conforme miramos Lo amamos, porque Él nos amó primero, y nos amó tan maravillosamente.
Una cosa más acerca del buen Pastor cuando encontró a la oveja perdida, es que la sostuvo en Sus brazos, pues les garantizo que no pasó un instante desde que se acercó a ella y la asiera con firmeza. "No, no," parecía decir; "no te alejarás de Mí otra vez; te tengo en mis brazos y te sostendré con firmeza." ¿Acaso no recordamos cómo se aferró a nosotros cuando nos encontró la primera vez? Fuimos asidos por Él, a Quien nosotros ahora hemos asido; fuimos sostenidos con firmeza por Él, a Quien nosotros ahora sostenemos con firmeza por fe y amor. Sentimos entonces como si un extraño poder se hubiera apoderado de nosotros. No que lo hayamos resistido, pues nos regocijamos en él. Fuimos conducidos con pleno consentimiento contra nuestra propia voluntad, esto es, contra nuestra vieja voluntad, pero con una nueva voluntad que fue implantada en nosotros por esa bendita mano que nos tomó, y que no nos va a soltar.
Pero ¿dónde estaba la oveja cuando la encontró el buen Pastor? Pues bien, no transcurrió un instante y la oveja ya estaba sobre los hombros del Pastor; y eso únicamente indica que cuando Yahshua me encuentra, me carga a mí y todo lo que está sobre mí, sobre Sus hombros; todas mis enfermedades, y todos mis pecados, y todas mis aflicciones son puestas sobre Él.
Todah rabah por haber conocido el PLAN DE AMOR sobre mi vida.
Shalom.

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