30/9/15

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

PREGUNTAS Y RESPUESTAS
¿Estuvo la  humanidad sin ley moral desde Adán hasta Moshé, puesto que Yahweh se la entregó a este último en tablas de piedra en el Sinaí?
Por nada del mundo, amados míos.  Los principios que constituyen la ley moral siempre han estado grabados en la conciencia del ser humano en distintos momentos desde su creación.   Lo que sucede es que la corrupción y la decadencia moral a que ya  había llegado la humanidad  varias veces para tiempos de Moshé, hizo necesario que Yahweh la restaurara en forma externa escribiéndola en tablas de piedra,  y entregándosela  a Moshé, como base de LA TORAH Y EL TANAJ (lo que se hizo fue una recopilacion de todas y agruparlas en un solo SEFER) que por primera vez inauguraba  con UN Pueblo especialmente "escogido" por El.    Por eso, el apóstol Shaul afirma que la  Ley  (la del Sinaí): “...fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa...” (Gálatiyim 3:19),  hasta que viniese “la simiente, la cual es Yahshua.” (Gálatiyim 3:16 úp). Amados esto no quiere decir que la TORAH FUE VIGENTE HASTA YAHSHUA, sino que cuando vino Yahshua DIO UN MEJOR ENTENDIMIENTO Y AMPLIACION y lo que hizo fue LIBRARNOS DE LA LEY DEL PECADO QUE ERA LA MUERTE, POR DESOBEDECER LA TORAH..
MUCHOS PREGUNTAN
¿Cuál ley, en la Nueva Alianza, restaura Mashiaj, la Ley del Sinaí o los principios de la ley moral que Yahweh grabó en la conciencia de los seres humanos?
Amados míos,  la Escritura revela claramente que Yahshua no vino a abolir la TOrah o los profetas (MattiYah 5:17), es decir,  el TORAH Y EL TANAH,   sino a cumplir todo lo revelado en el mismo a cabalidad,  puesto que era necesario que Él cumpliese no sólo todo lo que estaba predicho sobre Él mismo;  sino también, de forma perfecta,  la ley moral que el mismo resumió en los versos citados anteriormente de MattiYah 22: 37-40,  con todos los detallitos y cláusulas que ello implica.
La ley moral que Yahshua instaura, establece o restaura con su primera venida a esta Tierra,  es la ley del Sinaí de los Diez Mandamientos que  la Casa de Israel o Reino del Norte había quebrantado mas de 700 años antes;  y que los líderes fariseos de su época también habían corrompido con sus añadiduras y su impiedad y sus tradiciones,   ¡y son básicamente los mismos principios  antiguos de la Torah moral  de Yahweh grabada en los seres humanos escogidos por El desde los tiempos mas antiguos hasta  tiempos de Moshé.
La diferencia es que ahora  en los tiempos de Moshé  hasta Yahshua  estaban escritos en tablas de piedra   como parte de un Pacto formal con todo un Pueblo enorme y escogido por Yahweh, Israel, y no sólo como un pacto  hecho con un patriarca individual como sucedía en la antiguedad.  (Aunque no perdamos de vista que todo esto eran etapas preconcebidas de Su Plan Maestro).  Y cuando vino Yahshua,  El volvió a renovar ese Pacto (Dando UNA NUEVA ALIANZA ENTRE YAHWEH E YISRAEL POR MEDIO DE YAHSHUA)  con todo un Pueblo nuevo (obediente),  para substituír al antiguo Pueblo  (desobediente)  que evidentemente estaba caído porque  había invalidado aquel primer  Pacto nacional,   pero con esa Torah escrita ahora en los corazones de carne ablandados de la misma raza de gente que antes,  y a raíz de su caída,  los tenía endurecidos.   Amados, estas son las  Leyes exigibles a todos los seres humanos,   y porque no podemos observarlas a la perfección,  fue necesario que Yahshua  muriese por nosotros recibiendo por adelantado el castigo que nos correspondería a nosotros  por nuestra propio quebrantamiento de la Torah.
Amados míos, a continuación, y para no ser exhaustivos, citaremos unos pocos pasukim como ejemplo del contraste que Yahshua hace entre la ley  del Antiguo Pacto y los principios de la Torah perfeccionada y magnificada por la que la Humanidad será juzgada por Yahweh.
“Oísteis que fue dicho:   No cometerás adulterio. (Ley dada en el Sinai)   Pero yo os digo  que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla,   ¡ya adulteró con ella en su corazón! (Ampliacion de esaa Ley)  Oísteis que fue dicho:  Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.  Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,  haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;  para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos,   que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.  Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis?
"¿No hacen también lo mismo los publicanos?   Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más?   ¿No hacen también así los gentiles?    Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.”  
Yahshua quiere decir  que tengamos rajamim,  pacientes,   compasivos y perdonadores,  y que le extendamos a nuestros deudores el Favor y la Gracia que El nos extiende a todos  los que le estamos en deuda a El  para que seamos salvos.
¿Quiénes están bajo la Torah, en sí?
Todo el mundo,  porque todos hemos pecado. (Romaniyim 3:9-13: “...todos están bajo pecado... No hay justo ni aun uno...”).  Todos estamos bajo la condenación de la ley (consecuencias por haber trasgredido la Torah) (Romaniyim 3:19),  hasta que nos acogemos a la  gracia de  Yahweh  por medio del sacrificio de su Hijo (Romanos 5:1; 6:14)  y la guía de su Ruaj Hakodesh.   A partir de ese momento,  “... ninguna  condenación hay  para los que están  en el Mashiaj Yahshua,  los que no andan  conforme a la carne,   sino conforme al ruaj.”    (Romaniyim 8:1).
Sin embargo, debemos saber que aunque hay que guardar la Torah,  “que el hombre no es justificado por las obras de la ley (que no se salva por medio de guardar la Torah),  sino por  la emunah de Yahshua Ha Mashiaj,   nosotros también  hemos creído en Yahshua para ser justificados por la fe de Mashiaj,   y no por las obras de la ley,  ¡por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado!” (Gálatiyim 2:16; véase también Gálatiyim 3:10-13; Romaniyim 3:28).  Si los seres humanos fuésemos capaces de cumplir a la perfección la Torah,  nuestra salvación vendría mediante el perfecto cumplimiento de la Torah,  ¡lo cual habría hecho inútil el sacrificio expiatorio de Yahshua Ha Mashiaj en la cruz!
¿Quién se salvará, entonces, si todos han pecado, y "no hay uno que haga el bien"?
Yahweh declara tajantemente en Yejezqel 18,   que el alma que pecare morirá,  y este caso se refiere, sin duda alguna;  a la muerte segunda,  la eterna;  pues de la primera muerte  nadie se salva,   ¡ni justos ni injustos!   Amados,  "ni carne ni sangre pueden heredar el Reino de Yahweh."    Este capítulo de Yejezqel 18,   entre otras cosas,  contradice frontalmente a los  contaminados  con doctrinas cristiano-romanas  que  sostienen que el  alma  del ser humano  es desde un principio  inmortal.    Puesto que  el que peca puede morir mediante la muerte segunda  (Hitgalut 2:11; 20:14; 21:8), debe quedar pues, meridianamente claro, que la inmortalidad  no se tiene, sino que  se obtiene  sólo como un regalo  mediante la fe en Yahshua (Romaniyim 6:23).
Debido a la  condición pecaminosa del hombre, nadie  ha cumplido ni puede cumplir perfectamente la Torah de Yahweh puesto que "todos han pecado" y son  "dignos de muerte."   Por eso, Yahshua, "la justicia de Yahweh y nuestra justicia"   (Romaniyim 3:21-26; 1ª Qorintiyim 1:30; Yirmeyah 23:5, 6), tuvo que venir a cumplir la totalidad de la Torah y a morir en nuestro lugar. La salvación de los seres humanos, pues, sólo es posible gracias  a la Vida,  Muerte expiatoria  de Yahshua,  y Resurrección.
¿Cómo era salvada la Humanidad antes de Yahshua?  ¿Pueden salvarse todos los que creen sólo en Yahweh y no en Yahshua Ha Mashiaj?
“Porque la paga del pecado es muerte, mas el regalo de Yahweh es vida eterna en Yahshua Ha Mashiaj Amo nuestro”  (Romaniyim 6:23).   En toda la historia de la humanidad la salvación sólo es posible por Mashiaj,  pues  “ya estaba destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros.” (1ª Kefa 1:20).
A continuación,  sólo citaremos unos pocos versículos del capítulo 18 del Sefer de Yejezqel, pero les recomendamos leerlo en su totalidad:
En Yejezqel 18:4-9:   “He aquí que todas las almas son mías;   como el alma del padre, así el alma del hijo es mía;   el alma que pecare,  esa morirá.
" Y el hombre que fuere justo,   e hiciere según el derecho y la justicia;  que no comiere sobre los montes,  ni alzare sus ojos a los ídolos de la casa de Israel, ni violare la mujer de su prójimo,  ni se llegare a la mujer menstruosa,  ni oprimiere a ninguno;  que al deudor devolviere su prenda, que no cometiere robo, y que diere de su pan al hambriento y cubriere al desnudo con vestido,   que no prestare a interés ni tomare usura;   que de la maldad retrajere su mano,   e hiciere juicio verdadero entre hombre y hombre,   en mis ordenanzas caminare,  y guardare mis decretos para hacer rectamente, ¡éste es justo!  ¡Este vivirá, dice Yahweh Elohe!”

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