29/8/15

YAAKOV Y SU SUEÑO


Yaakov.
Parashá:
SU SUEÑO
Tras huir de su hogar, Yaakov se acostó al costado del camino y durmió allí. Tuvo un sueño en el que vio malajim que ascendían y descendían de una escalera que unía el cielo y la tierra. En el extremo superior estaba Yahweh, quien le reiteró las promesas que había hecho a Avraham e Ytzjak. Al despertar, Yaakov llamó a aquel lugar Betel ("casa de Elohe"), y prometió ser fiel a Yahweh Elohe.

Lo que deseaba Yaakov:
Yaakov finalmente llegó a Yarán, donde vivía su tío Laván. Junto al pozo, conoció a su hermosa prima Rajel, de quien se enamoró. Yaakov acordó con Laván en trabajar siete años para él, tras los cuales obtendría como esposa a Rajel. Transcurrido el tiempo, se celebró la boda, pero Laván sustituyó a Rajel por Lea, su hija mayor. Cuando Yaakov fue a reclamarle, Laván le dijo que le daría a Rajel sólo si se comprometía a trabajar para él otros siete años. Yaakov aceptó el trato, y se casó con su amada Rajel. También conservó a Lea como esposa, aunque la despreciaba.
Los hijos de Yaakov: Yahweh se apiadó de Lea, y la bendijo con hijos. Ella engendró a Reuvén, Shimón, Leví y Yahehudá. Rajel, al no quedar embarazada, le entregó a Yaakov su sirvienta Bilha como concubina. Bilha engendró a Dan y Naf-talí. Lea, al ver que había dejado de tener hijos, le dio a Yaakov su sirvienta Zilpa. Zilpa concibió a Gad y Asher. Más tarde, Lea engendró otros dos varones (Isajar y Zevulún) y una niña (Dina). Finalmente, Rajel quedó embarazada y tuvo un hijo, al que llamó Yosef.
Huida de Laván: Laván siempre trató de sacar provecho de Yaakov. Pero con la ayuda de Yahweh, Yaakov prosperó. Habiendo sido explotado por su suegro durante 20 años, Yaakov decidió marcharse de Yarán: tomó a su familia y sus rebaños, y se fue sin darle aviso a Laván. Pero éste salió a perseguirlo, y lo alcanzó en las montañas de Guilad. Tras una última confrontación, decidieron firmar un acuerdo de shalom, y separarse amistosamente. Laván retornó a Yarán, y Yaakov continuó su marcha hacia su tierra natal."
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REFLEXION:
La Parashá  empieza y termina con una huida.
Comenzamos viendo a Yaakov, quien, huyendo de la ira de su aji, sin poseer nada más que lo puesto, se acuesta al costado del camino usando una piedra como almohada. Nada fácil para quien fuera el hijo consentido de su madre, el que anhelaba desesperadamente ser el jefe del clan. Pero, en el momento más oscuro de su vida hasta ese momento, Yahweh le habla en sueños para recordarle el pacto que había hecho con Avraham e Ytzjak, y para garantizarle su protección. Hasta ese entonces, Yaakov había intentado cumplir el plan de Yahweh usando la astucia, Yaakov le "compró" la primogenitura a su aji Esav, y, más tarde, engañó a su padre ciego para obtener su bendición. Sin duda, Yaakov era mucho más piadoso que Esav. Pero aun así, su concepto de Elohe era bastante limitado. Solo cuando quedó completamente solo y desprovisto de todo bien material, Yaakov pudo contemplar a Elohe por sí mismo, y sentir que era Él quien dirigía su vida.
Las cosas no se le volvieron fáciles de un yom al otro. Sin poseer más que la fuerza de sus brazos, Yaakov debió trabajar siete años por la mujer que amaba, solo para ser cruelmente engañado por Laván. No sería la única vez que su suegro lo perjudicara. Tampoco sería la última vez que lo engañaran.
A diferencia de sus padres, que tuvieron un matrimonio tranquilo y feliz, la vida conyugal de Yaakov estuvo llena de sinsabores: Rajel, la esposa amada, no pudo ser feliz a causa de su esterilidad; Lea, la esposa impuesta, nunca logró ser querida por Yaakov, a pesar de su gran fecundidad. La tensión entre sus esposas daría lugar a tensiones mucho más profundas entre sus hijos.
Con todo, Yahweh no abandonó a Yaakov, y le permitió progresar extraordinariamente, a pesar de todas las trabas que le puso su pérfido suegro. Aunque la parashá concluye con Yaakov huyendo nuevamente, su situación ya era muy distinta: ahora poseía una numerosa familia y grandes posesiones. Pero hay un detalle muy curioso, que hermanaba a ambas huídas; Bereshit 32:1,2 dice que "Yaakov siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Yahweh. Y dijo Yaakov cuando los vio: Campamento de Yahweh es este" Tal como había sucedido veinte años atrás, Yahweh le estaba mostrando a Yaakov que estaba a su lado, y que su mano protectora lo seguía guiando.
Tal vez no tengamos visiones de ángeles, pero, en algunos momentos en que no encontramos la salida frente a circustancias, el mismo Yahweh que guió a Yaakov nos mostrará de alguna forma que está presente en nuestras vidas, y que su propósito se cumplirá en nosotros.
Yahweh asi lo ha prometido y Yahshua tambien lo ha prometido
"He aquí, Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo" (MttiYah 28:20).
¿que tenemos que temer?

Shalom a todos vosotros.
COMPARTIDO A TRAVES DE LA KEHILAJ DE YAHSHUA

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